La opinión de la mayoría de los analistas tanto españoles como extranjeros coincide bastante en dos ideas básicas: la nueva reforma financiera es positiva por cuanto permitirá un mayor nivel de confianza en la situación de los balances, pero aun faltan por conocer detalles importantes de la estrategia a seguir con Bankia y la constitución de las Sociedades de Gestión inmobiliaria donde se depositarán los activos adjudicados.
La estructuración del vehículo en principio se enfoca a la venta ordenada de los activos adjudicados, pero estos seguirán contabilizándose dentro del balance de los bancos de origen por lo que no podrán liberar capital ni recuperar provisiones hasta que los activos sean vendidos. Es más al mantener la titularidad de los mismos, de producirse pérdidas mayores a las estimadas éstas serían contabilizadas por los bancos.
La otra incógnita es cómo se financiará este vehículo y si será posible atraer capital privado para que participe de su financiación y gestión. Este es uno de los puntos negativos de las reformas anunciadas por cuanto se sabe muy poco de cómo se va a instrumentar este sucedáneo del banco malo.
El anuncio de una valoración/auditoría externa de la situación de la inversión crediticia del sistema no ha despertado demasiada expectación. Una vez se conozcan las entidades seleccionadas, el alcance de su análisis y las actuaciones que se puedan tomar a raíz de dicho análisis se podrá valorar su utilidad.
A lo largo del fin de semana la banca española ha presentado el incremento en las necesidades de aprovisionamiento y su impacto en capital. Los más perjudicados son: BFA-Bankia con 4.813 millones de euros, CaixaBank con 3.389 millones de euros y Banco Popular con 3.306.
Vistas las necesidades extras anunciadas por BFA-Bankia, 4.813 millones de euros, es imprescindible que el gobierno anuncié un plan creíble de restructuración en Bankia. El tamaño de las necesidades de capital es muy superior a la capacidad del grupo para absorberlo. El resto de entidades, salvo Banco Popular, deberían ser capaces de un modo u otro de cubrir sus necesidades extraordinarias de manera independiente.
Así pues salvo Bankia y Banco Popular que tendrán que implementar planes de actuación más severos, el resto de la industria tiene una tarea ardua pero asumible que debería restablecer cierta tranquilidad en el sector. En todo caso hay más factores que están marcando la evolución de los bancos en mercados, la prima de riesgo española sigue descontrolada con la rentabilidad del bono español a 10 años superando el 6,15%.
Los factores externos, aparte de las implicaciones de la reforma financiera, mantienen una fuerte presión negativa en la cotización de los bancos. La celeridad con que se han anunciado las necesidades de provisiones y capital pretenden frenar esta espiral negativa pero la lucha contra el cronómetro es implacable.
El gobierno debe acelerar, y acertar, con el anuncio de todos los detalles que faltan para que los inversores puedan establecer su veredicto de forma adecuada. Ya se sabe que la incertidumbre es el peor aliado de los mercados.