El BCE ha hecho oídos sordos a los mercados, que le reclamaban un abaratamiento del precio oficial del dinero, y ha mantenido los tipos en el 1%, pese a la negativa de alguno de sus miembros. Draghi ha asegurado también que recapitailzar bancos directamente con el fondo de rescate permanente (MEDE/ESM) sería positivo, aunque ha advertido de dos aspectos: habría que reformar el instrumento en sí y esta opción no implica incondicionalidad. Es decir, la UE podría exigir ajustes y reformas.
El Banco Central Europeo (BCE) ha adelantado un día su habitual reunión mensual que suele celebrar el primer jueves de mes debido a que mañana Alemania festeja el Corpus Christi. En plena crisis del euro, esta reunión ha estado marcada por la negativa del organismo monetario a bajar tipos, a poner en marcha una nueva barra libre de liquidez a tres años o cualquier otra medida extraordinaria que le reclamaba el mercado.
Algunos miembros abogaban por bajar los tipos
El primer mensaje que ha lanzado el presidente del BCE, Mario Draghi, al mercado no ha gustado demasiado, aun estando en línea con lo esperado. El organismo monetario ha mantenido, tal y como se esperaba, el precio oficial del dinero en el 1%, un nivel históricamente bajo en el que llevan instalados desde el pasado mes de diciembre.
Al ser preguntado si el BCE se plantea bajar los tipos no ha dado ninguna pista, tan solo ha mencionado que unos pocos miembros del consejo de Gobierno del BCE, no demasiados, abogaban por bajar los tipos hoy.
España y recapitalizaciones
Draghi ha anunciado que depende de España si acudir o no al fondo de rescate, puesto que no es tarea de la institución que preside empujar a los Gobiernos a recurrir al Fondo de Rescate Europeo o a dejar de hacerlo. No obstante, ha recomendado ser realistas a la hora de analizar las necesidades de capital que tiene la banca y el dinero que efectivamente tiene el Gobierno.
Cuando le han interrogado sobre la posibilidad de recapitalizar bancos directamente, el presidente del BCE ha asegurado que desde un punto de vista, sería positivo, ya que esto evitaría un incremento de la deuda de los países. No obstante, ha advertido de dos "dimensiones": el instrumento necesita una reforma (porque no está diseñado para ser accionista de entidades y sus estatutos no permiten en estos momentos la recapitalización directa) y que esta opción no significaría incondicionalidad. Es decir, podría exigir reformas y/o ajustes a cambio de recapitalizar entidades. Y en palabras del propio Draghi, estas condiciones podrían afectar al sector bancario e incluso a políticas gubernamentales.
Financiación, fragmentación e inacción
Draghi ha anunciado que mantendrá las subastas de liquidez a un mes y tres meses por importe ilimitado hasta al menos enero de 2013. Una frase que ha completado con su ya habitual coletilla: "las medidas no convencionales tienen carácter temporal".
Sin embargo, sobre las operaciones de financiación a 3 años, ha reconocido que las dos barras libres que puso a disposición del mercado en diciembre y febrero han evitado problemas más graves como un debilitamiento del sector financiero. Aun así, Draghi ha hablado de fragmentación en la zona euro. "Hay liquidez en algunos lugares y escasez en otros", ha dicho, para criticar después la "inacción de otras instituciones". Unas declaraciones en línea con las pronunciadas en los últimos días a cerca de que su mandato se basa en la estabilidad de precios.
Eurobonos
El italiano ha retrasado cualquier decisión sobre los eurobonos, que ha dicho, debe plantearse a medio plazo. No obstante, ha indicado que una unión de los mercados financieros podría lograrse a corto plazo.
Previsiones de PIB e IPC
Mario Draghi, ha comenzado la rueda de prensa indicando que la inflación podría mantenerse por encima del 2% en lo que queda de 2012. "El crecimiento económico en la zona euro sigue siendo bajo", ha asegurado, lo que implica riesgos a la baja derivados de un aumento de las tensiones en algunas regiones y de un crecimiento menor de lo esperado.
En ese sentido, sus previsiones trimestrales de PIB han sido de entre el -0,5 y 0,3% para 2012 y entre el 0% y el 2% para 2013. Esto supone un estrechamiento de la horquilla prevista para 2013 y, por tanto, una contracción el crecimiento.
Asimismo, ha indicado que "las expectativas apuntan a un debilitamiento del crecimiento del PIB en el tercer trimestre" debido entre otras cosas a las tensiones en los mercados, el nivel de desempleo...
En cuanto al IPC, el BCE espera que la inflación se mantenga por encima del 2% debido a los precios de la energía y a los impuestos indirectos. Pero debería caer por debajo del 2% a principios de 2013. Las presiones de precios subyacentes deberían permanecer contenidas. Sus previsones de IPC armonizado para 2012 son entre el 2,3% y el 2,7%, y entre el 1% y el 2,2% para 2013 (desde el 0,9-2,3% de marzo). Respecto a las previsiones anteriores, se ha estrechado la horquilla para ambos años, de manera que estos nuevos datos suponen revisar a la baja sus previsiones de inflación.
Decepción
El mercado esperaba que el máximo mandatario del organismo monetario dejara abierta la puerta para abaratar en julio el precio del dinero por debajo del 1%. Pero el mercado también reclamaba rebajas en el interés que el BCE exige por la facilidad de depósito (0,25%) y nuevas medidas extraordinarias para paliar la sed de liquidez de los mercados como nuevas subastas a 3 años.