¿Ayudará la reforma a la recuperación de las deprimidas cotizaciones de los bancos españoles? Los expertos creen que dependerá mucho del entorno macro.
El ministro de Economía reveló ayer los detalles de la reforma financiera con la que pretende sanear el sector y dar carpetazo al problema del ladrillo. A falta de que se clarifiquen algunos aspectos de la nueva normativa sobre provisiones, los analistas consideran que en el corto plazo la reforma añadirá presión a los bancos en bolsa. En el medio y largo plazo, sin embargo, el efecto debería ser positivo, en la medida en que conseguirá restablecer la confianza en la banca española y, sobre todo, impulsará la consolidación.
Eso sí, la mayoría de los expertos matiza que, para que estos efectos positivos se dejen notar, tienen que ir acompañados por una gradual mejora de la situación macroeconómica española. Si la economía empeorara más de lo previsto, los bancos se verían obligados a realizar más provisiones, tanto por los inmuebles como por los créditos morosos, lo que se reflejaría en más presión en bolsa.
Los bancos reaccionaron en bolsa de forma muy distinta al anuncio de la reforma. Los dos grandes, Santander y BBVA se apuntaron subidas que rondaron el 2%. Sin embargo, la reacción de los medianos fue mucho más modesto, salvo en el caso de Banesto, que repuntó el 3,63%. Bankinter y Banco Popular subieron en el entorno del medio punto porcentual; Sabadell y Caixabank cerraron prácticamente planos, y Bankia fue la única entidad que cerró en negativo (-0,28%).
La primera reacción tras el anuncio, sin embargo, no es necesariamente indicativa de cómo afectará la reforma a estos valores, ya que “las líneas principales de la nueva normativa se habían ido filtrando, muchas cosas se sabían y el mercado las había descontado ya”, según explica Ángel Mínguez, de Bolsa 3.
En las próximas semanas, además, se podría ver una cierta presión sobre algunos de los bancos, a la espera de que se clarifique cómo van a afectar a cada uno las nuevas exigencias de provisiones. En lo que coincide la mayoría de los analistas es que Santander y BBVA son los más beneficiados por la reforma. “Son los que menos esfuerzo tendrán que hacer en provisiones, porque en proporción España pesa menos en sus balances”, afirma Nicolás López, de MG Valores.
Según las estimaciones preliminares de Renta 4, el déficit de provisiones que tendrán que realizar Santander y BBVA, una vez descontado el colchón de genéricas que acumulan, es de 1.121 millones y 1.637 millones, respectivamente. En el caso del banco que preside Botín, esta cifra representa un 1,9% de su capitalización bursátil, mientras que para la entidad presidida por Francisco González es un 4,7%.
Los bancos medianos, y especialmente Popular, son indicados por los analistas entre los más afectados. Renta 4 sitúa a Banesto como la entidad que más provisiones tendrá que hacer en relación a su capitalización bursátil: 2.897 millones, un 109% de su valor en bolsa. A Popular le faltarían 4.449 millones, el 90% de lo que vale en el mercado; a Sabadell, 2.203 millones, un 49%; a Bankinter, 1.004 millones, un 40%; y a CaixaBank, 2.576 millones, el 17%.
El efecto sobre el banco cotizado de La Caixa es el que más opiniones discordantes suscita entre los expertos del mercado. Según Alberto Castillo, de Capital Bolsa, CaixaBank tendrá que emprender alguna fusión para conseguir dilatar en dos años el proceso de absorción de las fusiones. Otro analista, que prefiere no ser citado, apunta a que la entidad catalana tendrá que vender algunos activos para hacer frente a la situación, principalmente reduciendo presencia en algunas de las cotizadas de su hólding.
Pero hay quien opina que CaixaBank está entre las entidades que menos sufrirán por la reforma, y que podrá asumir las nuevas provisiones sin demasiados problemas. “Calculamos que necesitará unos 1.000 millones netos, la mitad del beneficio que estimamos de 2012. A esto habrá que añadir las necesidades de la matriz, pero La Caixa cuenta con un flujo continuo de dividendos de sus participadas y no vemos grandes problemas”, dicen desde la casa de análisis de un banco extranjero.
Sobre Bankia, en cambio, la visión es bastante pesimista. Según Alberto Castillo la reforma terminará de impulsar una fusión de la entidad que preside Rodrigo Rato con CaixaBank. Otros creen que la entidad de Caja Madrid y Bancaja es demasiado grande para que alguien la absorba. “Bankia lo tiene complicado para hacer frente a los saneamientos por sus fuerzas. Por otro lado es demasiado grande para que alguien la compre y trocearla también es complicado”.< En cualquier caso, la entidad ha asegurado que cumplirá los nuevos requisitos en materia de provisiones anunciados por el Gobierno dentro de los plazos y condiciones establecidas, sin necesidad de recurrir a fondos públicos.
En el sector hay voces que apuntan a que Bankia podría hacerse con una de las pequeñas cajas intervenidas, probablemente Unnim, para obtener más tiempo para su saneamiento y acceder, de nuevo, a los préstamos del FROB. “Sería una mala solución”, afirma tajante uno de los analistas consultados, explicando que se trataría sólo de una forma para aplazar la solución de un problema.
El analista independiente Marc Ribes cree que las entidades que más se beneficiarán son las entidades que disponen de dos años para llevar a cabo su proceso de integración, al ser procesos ya iniciados. Estas entidades son Popular, Sabadell, KutxaBank y Unicaja.
Desde el departamento de análisis de Inverseguros apuntan a Bankia, Sabadell y Popular como las entidades “peor paradas”, “tanto por volumen como por impacto en resultados, mientras que en el caso del resto el impacto sería menor, caso del Santander cuya dotación está muy cubierta después de los cargos 2011”.
La confianza
Los expertos creen que en el medio y largo plazo la reforma puede ayudar a restablecer la confianza en el sector. “Servirá sobre todo para atraer a los inversores extranjeros, que son los que más dudas tienen sobre los balances de la banca española”, explican desde Capital Bolsa.
Juan Pablo López, de BEI, también cree que, superada una primera fase en la que se generará “mucho ruido” y la presión sobre los bancos aumentará, los efectos pueden ser positivos. Aunque matiza que habrá que ver cómo reacciona cada banco y cómo se terminan de definir algunas cuestiones de la reforma que aún no están claras.
También en Inverseguros creen que pesará en las entidades en el corto plazo, para los que “2012 será un ejercicio de bajos resultados en el sector bancario y políticas de dividendo que volverán a verse modificadas (aumentando el número de script al año) o incluso canceladas. Todo ello en un entorno marcado por las exigencias de capital de la EBA que muchas entidades todavía no han alcanzado y que deberán cumplirse antes de junio de 2012, lo que añadirá más presión sobre las cuentas de la banca nacional”.
En Renta 4 opinan que “la reforma va en la dirección correcta y que el mercado debería recogerlo de forma positiva, en la medida en que a medio plazo debería permitir una salida más rápida de los activos inmobiliarios del balance de los bancos y reducir la presión por el lado del incremento de mora”.
Ribes también subraya que la mejora de la confianza sobre la situación de la banca se reflejará en una mejora del riesgo país de España.
Con todo, los analistas matizan que todo dependerá de cómo evolucione la economía. “Si la caída del PIB español alcanza el 2,5%, harán falta más provisiones y el problema empezará de nuevo”, dice Castillo. Y, para que la economía mejore, hace falta que el crédito se reactive, lo que es uno de los objetivos declarados de esta reforma. Aunque, sobre su efectividad para este fin, persisten dudas: “La consecución del objetivo de dinamizar el crédito hacia particulares y empresas es el menos evidente de los objetivos planteados en esta reforma”, según los analistas de Ahorro Corporación.