Una reforma incompleta que
baja los impuestos pero complica
más el marco tributario
español. Así califican expertos
y fundaciones la reforma
fiscal que ha presentado el
Gobierno y que inició el pasado
23 de junio el trámite de
audiencia pública. La Fundación
de Estudios de Economía
Aplicada (Fedea) y la Organización
de Inspectores de
Hacienda (IHE) dudan del
sustento económico y alertan
de que sin ajustes adicionales
puede poner en peligro la senda
de la consolidación fiscal.
La Fundación de las Cajas de
Ahorro (Funcas) y el Consejo
General de Economistas
Reaf-Regaf cuestionan la
principal baza del Gobierno:
el que la rebaja del IRPF sea
mayor de lo esperado, ya que
recuerdan que queda neutralizada
por medidas que golpean
al ahorro y a expensas
de que las comunidades no
suban su tramo.
Lo que nadie cuestiona es
que la reforma rebaja impuestos
a los asalariados. Funcas
ha calculado que el 30% de los
ciudadanos no notará la rebaja
del IRPF y el 3% pagará
más. Pero este análisis realizado
sobre contribuyentes
reales, que ha sido duramente
contestado por parte de Hacienda,
se basa en el impacto
en los ahorradores de los recortes
que prepara el Gobierno
al capital, en que la mayoría
de los mileuristas ya no pagaba
IRPF, con lo que son pocos
los que mejorarán, y en
que los aumentos de los mínimos
personal y familiar son
menores de lo que parecen
por ser en cuota y no en base.
El Consejo General de Economistas
apunta otra laguna
de la rebaja del IRPF: depende
de cómo utilicen su capacidad
normativa las comunidades
que, por ejemplo, en lo referente
a su tarifa es plena, estando
obligadas solamente a
que dicha escala sea progresiva.
Es decir, esta bajada de impuestos
puede ser neutralizada
e, incluso, revertida.
Para Fedea, la reforma es
insostenible, por lo que si no
se acompaña de subidas de
impuestos elevará el déficit ya
que constatan que se deben
recortar 40.000 millones para
seguir la senda de la consolidación
fiscal y la reforma
sustrae otros 9.000 millones a
las arcas públicas.
En esta línea, la Organización
de Inspectores critica
que la bajada de impuestos se
fíe exclusivamente a la recuperación
y apunta que, de momento,
el aumento homogéneo
real de los ingresos apenas
supera los 1.200 millones.
Cuando se conocieron las
líneas generales de la reforma
en el Consejo de Ministros del
20 de junio, los inspectores
alertaron de que las clases
medias sustentaban la rebaja
de impuestos a clases muy bajas
y muy altas. En la misma línea
se manifestaron los Técnicos
de Hacienda (Gestha),
que calificaron la reforma de
“regresiva” ya que serán las
clases medias quienes una vez
más amortigüen la rebaja fiscal
aplicada a las grandes fortunas.
“El Gobierno, al no bajar
otros impuestos que soportan
los ciudadanos, como
el IVA o los Impuestos sobre
los Hidrocarburos o la Electricidad,
no puede afirmar
con la rotundidad que lo hace
que la presión fiscal haya bajado
para todos. Tampoco podemos
hablar de una reforma
integral del sistema fiscal sino
sólo parcial”, afirmó el secretario
general de Gestha, José
María Mollinedo.
Sin embargo, la rebaja del
IRPF ha sido más ambiciosa
de que se preveía, según constata
el despacho Equipo Económico,
que apunta que por
tanto incidirá más favorablemente
sobre la actividad económica,
con un efecto previsto
por el gobierno del 0,55%
del PIB para los dos primeros
años.