La bolsa española supera la primera gran reválida de la jornada. La demanda sigue respaldando las emisiones del Tesoro, aunque a cambio exija mayores rentabilidades. La tregua en la deuda otorga un respiro a la banca, alentada a su vez por la buena acogida a los resultados de Société Générale. El Ibex corta su sangría, y trata de alejarse de los niveles de 2003 con todas las miradas puestas ya en la reunión, en Barcelona, del BCE.
Los mercados ponen en su punto de mira a España, en mayor medida aún que en sesiones anteriores, debido al descalabro sufrido ayer por el Ibex, a la reválida al Tesoro español en su subasta de bonos, y a la reunión del BCE que en esta ocasión se celebra de forma extraordinaria en Barcelona. Su ubicación refuerza si cabe el debate surgido acerca de la conveniencia de fomentar las políticas de crecimiento económico, y no solo las de austeridad.
Sin cambios a la vista en los tipos de interés, los inversores vigilarán cualquier tipo de guiño de Mario Draghi al crecimiento, en un intento por adivinar el posicionamiento del BCE. Antes, el Tesoro ha superado la prueba de colocar bonos a 3 y 5 años en pleno rebrote de las tensiones en el mercado de deuda, y después de la rebaja de ráting emitida por S&P. La demanda sigue respaldando las emisiones de deuda española, aunque a cambio exija rentabilidades más elevadas.
El sector financiero sigue siendo uno de los focos de atención, y de inquietud, de la jornada. Ayer, después de 16 horas de reunión, los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea fueron incapaces de cerrar un acuerdo definitivo sobre el refuerzo de los requisitos de capital a la banca. Las subidas con los que los inversores premian los resultados de Société Générale suavizan las alertas sobre la banca europea, también sobre la española. Santander y BBVA abandonan hoy los últimos puestos del Eurostoxx50 que ocuparon ayer.
Al margen del sector financiero, Telefónica se anima con la buena acogida de las cuentas de France Telecom, y los accionistas de Red Eléctrica reciben sin sobresaltos la noticia de los 30 millones de euros que ofrece Bolivia como compensación por la expropiación de su filial.