Hacienda pone el foco sobre
la economía colaborativa y sobre
el comercio electrónico
en su Plan de Control Tributario
de 2016, que publicará en
el BOE en las próximas semanas.
La proliferación de plataformas
electrónicas de intercambio
de productos y servicios
supone un desafío para la
Agencia Tributaria (AEAT),
que en estas directrices, a las
que ha tenido acceso este diario,
quiere cercar las nuevas
formas de fraude que alienta
la economía digital.
Particulares que alquilan
habitaciones, pisos, plazas de
garaje o coches y que venden
productos usados; trayectos
en coche compartidos y taxis
no regulados, plataformas de
crowfunding, préstamos económicos,
trueque de comida...
las posibilidades se multiplican
y posibilitan la existencia
de actividades total o parcialmente
sumergidas junto con
otras que, bajo apariencia extranjera,
son en realidad empresas
españolas que usan Internet
para intentar eludir sus
obligaciones fiscales.
La AEAT está estrechando
el control sobre las plataformas
de alquiler de pisos y habitaciones,
las más implantadas
en España y, a diferencia
de servicios de transporte que
amenazan al taxi, reguladas
por las comunidades autónomas.
Pero más que sobre las
plataformas profesionalizadas,
según ha podido saber este
periódico, el Fisco pone la
lupa sobre los alquileres en
negro y otros negocios de particulares
no declarados en lo
relativo a IRPF, Impuesto sobre
Sociedades e IVA.
La estadounidense Airbnb,
presente en 190 países, considera
a España como su tercer
mercado más importante.
Desde la compañía han subrayado
que alertan a los anfitriones
registrados recordándoles
que deben tributar por
los alquileres y pagar el IRPF.
Con el fin de incrementar los
ingresos de la lucha contra el
fraude en 2016, Hacienda
acaba de acordar la puesta en
marcha de un plan de incentivos
para sus funcionarios. Se
trata del Plan Especial de Intensificación
de Actuaciones
para superar el objetivo de lucha
contra el fraude presupuestado
para este año y que
asciende a cerca de 11.300 millones
de euros.