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24/07/2012 | Soria | ABACO SORIAL S.L.

Hasta los expertos alemanes piden que actúe el BCE

Economía y empresa

Un grupo de 17 reputados economistas, entre los que figuran asesores del Gobierno de Merkel, piden que el organismo acometa “intervenciones mucho mayores en los mercados de deuda”.

La extrema delicadeza de la deuda europea, sobre todo de la española, ya resquebraja los firmes dogmas de los analistas del norte de Europa. El think tank Institute for New Economic Thinking (Inet), integrado por diecisiete economistas de los más prestigiosos centros europeos, defiende en un documento la intervención del Banco Central Europeo (BCE) como prestamista de última instancia.

Los principales puntos del ‘manual de emergencia’ para Europa:

- Una mayor implicación del BCE en los mercados de deuda soberana de aquellos países que estén cumpliendo con sus programas de reducción de déficit, como es el caso, por ejemplo, de España e Italia.

- La mutualización parcial y temporal de la deuda pública de los Estados miembros. Las compras las podría efectuar el fondo de rescate con el aval del conjunto de los países del continente.

- Una reestructuración voluntaria de la deuda en la que los bonos existentes se canjeen por otros con el mismo valor, pero con un plazo de vencimiento de cinco años más, para aliviar así la carga de los Estados.

- La creación de un fondo común de activos financieros libres de riesgo que no estén vinculados a ningún país en concreto y que brinden liquidez a aquellos bancos más necesitados.

- Existen ciertas reformas fiscales y estructurales que servirían para dinamizar la economía, como la elevación de la edad de jubilación, la reducción de empleados públicos y la llamada ‘devaluación fiscal’.

- En lugar de una unión fiscal, Europa debería encaminarse más bien a una unión financiera y bancaria en la que un supervisor (el BCE u otro nuevo) vigile a las entidades del continente.

- Los problemas económicos de los últimos años (deuda, recesión, déficit, etc.) deben ser abordados de forma separada a las reformas profundas y estructurales a largo plazo de la UE.

- Los gobernantes de los países europeos solventes deben convencer a sus ciudadanos de que un reparto equitativo de las cargas es justo e imprescindible para salir de la crisis.