El verdadero factor decisivo en la era digital será la habilidad de una empresa para desarrollar una cultura corporativa abierta al cambio, a la flexibilidad y a las alianzas con terceros.
Tener éxito en el mundo digital es un reto que no puede superarse simplemente consumiendo más tecnología o sustituyendo al ser humano por tecnología. El verdadero factor decisivo será la habilidad de una empresa para desarrollar su cultura corporativa con el fin no sólo de aprovechar las tecnologías emergentes, sino también de abrazar las nuevas estrategias de negocio que impulsan esas tecnologías. En definitiva, su éxito dependerá de las personas. Así lo constata el informe Accenture Technology Vision 2016, uno de los artículos más reconocidos sobre tendencias en digitalización, que este año incluye una encuesta global a a más de 3.100 directivos de TI y de negocio.
En su informe, Accenture Technology incide en la urgencia de la transformación digital. La economía digital global representó el 22% del PIB mundial en 2015, y para 2020 alcanzará el 25%, según estimaciones de esta consultora tecnológica. En España, Accenture calcula que un mejor uso de la tecnología elevaría el PIB nacional en 40.000 millones para 2020.
EL "SHOCK" DE LA CULTURA DIGITAL
Lo digital está trayendo cambios sin precedentes. "Hay nuevas tecnologías y soluciones, más datos que nunca, sistemas nuevos y heredados entrelazados, un aumento de la colaboración (dentro y fuera de la empresa), nuevas alianzas, nuevas start up... Todo nuevo", remarca Accenture Technology. Al mismo tiempo, en el mercado, los clientes digitales también están madurando. "Sus expectativas de servicio, velocidad y personalización, que han cambiado drásticamente, son sólo el principio".
El auge de la Generación del Milenio (millennials) trae consigo no sólo un nuevo tipo de cliente, sino también una nueva clase de empleado, con unas perspectivas y aspiraciones muy diferentes. En paralelo, las omnipresentes tecnologías de colaboración están reconfigurando las reglas tradicionales del trabajo.
Estos cambios no son graduales. De hecho, el cambio se ha convertido en la nueva realidad. El 86% de los directivos encuestados prevé que el ritmo del cambio tecnológico aumentará rápidamente o a una escala sin precedentes en el sector en los próximos tres años.
"Muchas empresas, afectadas por el impacto de la tecnología y los cambios que deben efectuar como respuesta, se encuentran temporalmente desbordadas ante la magnitud de las tareas que tienen por delante". No obstante, una vez que hayan hecho una pausa para recobrar el aliento, deberán empezar a cambiar sus productos, sus modelos de negocio y todos los procesos que les dan soporte. Tendrán que desarrollar nuevas habilidades y deberán adoptar formas diferentes y más ágiles de trabajar en ecosistemas caracterizados por una colaboración más flexible.
En definitiva: las empresas ya no sirven a los clientes, sino que colaboran con ellos; no compiten con sus rivales, sino que se asocian con ellos; y no están limitadas por las fronteras del sector, sino que las ignoran. Y para que todo esto se haga realidad, es necesario invertir en las personas -en su desarrollo y en ayudarlas a adaptarse al cambio-.
PILARES DEL CAMBIO
En este contexto, las metodologías ágiles pasan a primer plano, junto con tecnologías habilitadoras del cambio como el cloud computing.
Igual de importante es hacer el cambio para transformarse en una organización totalmente basada en los datos. Eso significa cambiar el fundamento de la toma de decisiones en todos los niveles de la empresa. "En lugar de confiar en la intuición personal, la experiencia o incluso el principio de HiPPO (la opinión de la persona mejor pagada es la que prevalece), lo que se necesita es que los datos se vuelvan tan omnipresentes y fácilmente accesibles que apoyen una toma de decisiones basada en la información", explican desde Accenture Technology. De nuevo, el elemento que integra todo este proceso es la aceptación del cambio continuo por parte de las personas a lo largo de toda la empresa.