El parque eólico marino más grande del mundo tiene en su haber otros récords. Situado junto a la costa británica, en el estuario del río Támesis, cada una de sus 175 turbinas se elevan 147 metros sobre el nivel del mar, una altura similar a la que tiene la catedral de Colonia y superior a la de la famosa London Eye de Londres.
A 20 kilómetros frente a las costas de Kent y Essex, en el sureste de Inglaterra, la construcción de esta plataforma marina, denominada London Array, un proyecto conjunto de la alemana E.ON, la danesa Dong y Masdar, el fondo de infraestructuras de Abu Dhabi, empezó en 2011 con los cimientos y las dos estaciones transformadoras. Desde entonces, en una superficie de 100 kilómetros cuadrados, se levantaron 175 turbinas eólicas y se tendieron más de 200 kilómetros de cables a una profundidad de 25 metros. Además, cada una de las dos estaciones transformadoras marinas, que reúnen la electricidad generada por el parque eólico y alimentan a la red eléctrica en tierra firme, pesa 1.250 toneladas. En el momento de más trabajo de la construcción, hubo simultáneamente en la zona más de 60 buques y más de 1.000 personas colaborando en las obras, lo que exigió una enorme actividad logística y de coordinación. También se utilizaron barcos para realizar los cimientos e instalar las turbinas eólicas en mar abierto. Entre los buques más grandes empleados, el MPI Discovery y su gemelo, el MPI Adventure. Por término medio, los especialistas a bordo del MPI Discovery necesitaron de uno a dos días para levantar totalmente una turbina eólica en el mar; con buen tiempo, el proceso se reducía a doce horas. London Array ha supuesto, asimismo, un reto tecnológico, ya que la base de cada aerogenerador es única, adaptada a las condiciones del terreno, lo que hace que la parte bajo el mar de cada molino oscile entre cinco y 25 metros. Las turbinas, fabricadas por el grupo alemán Siemens, que también ha suministrado la conexión a la red en tierra, tienen un diámetro de rotor de 120 metros y una potencia de 3MW. Con una capacidad de 630 MW, el considerado el mayor parque eólico offshore del mundo, generará energía limpia suficiente como para abastecer a 500.000 hogares británicos al año (dos tercios de la población de Kent). Las emisiones de dióxido de carbono del parque se reducirán en casi 920.000 toneladas anuales de CO2.